viernes, 5 de octubre de 2007

Embarazo y parto


Recomiendo la práctica de algún deporte suave durante todo el embarazo y un parto natural siempre que nuestro médico no vea ningún inconveniente.

Durante los 8 primeros meses de mi embarazo practiqué Yoga y natación. Estas actividades me ayudaban a ser consciente de mi naturaleza y de mi cuerpo y a vivir el embarazo como un proceso natural. No he tenido nauseas, ni insomnio, ni ciática, ni miedo al parto. Próximamente publicaré un vídeo de Yoga para embarazadas aunque podéis encontrar muchos centros que tienen cursos especializados en casi todas las comunidades autónomas.


Con respecto al parto, desde el principio estuve convencida de que quería un parto natural, es decir, con la menor intervención médica posible, sin analgesia o anestesia y sin oxitocina. El cuerpo es un sistema casi perfecto que en estado natural está en equilibrio. En la medida que intervenimos regulando niveles de una sustancia, rompemos ese equilibrio y el cuerpo no sabe reaccionar (como se suele decir que unas pastillas mejoran una cosa pero estropean otras). En el parto se ponen en marcha muchísimos mecanismos en el cuerpo, que no conozco su nombre científico pero que los he experimentado. Desde el momento en que el cuerpo está listo para el parto han de suceder cantidad de cosas. Contracciones, ensanchamiento del canal de parto, otras contracciones para ayudar a salir al bebé, expulsión de la placenta, la subida de la leche... En la medida en que intervenimos en uno de los procesos podemos afectar al resto y el cuerpo puede no saber reaccionar. Por ejemplo, si administran oxitocina las contracciones será más fuertes y regulares por lo que probablemente necesitemos anestesia o analgesia para sobrellevar el dolor.




Desde los tiempos de las cavernas las mujeres han parido, el cuerpo sabe como hacerlo, nos hace falta confiar más en nuestro cuerpo. Por supuesto los avances médicos que han reducido la mortalidad infantil están para ayudarnos, pero muchas veces recurrimos a ellos antes de tiempo, sin necesidad.


Mi parto fue en un centro hospitalario de la sanidad pública. Gracias a la casualidad (o al destino) los paritorios estaban saturados y pude esperar con mi pareja en una habitación hasta el momento del expulsivo. A pesar de que había informado a todo el personal que me atendió que quería un parto natural y que no presentaba ningún problema, me insistían una y otra vez que si no quería la anestesia epidural. Finalmente conseguí que mi parto fuera natural 100% pero lo atribuyo todo a las circunstancias y a la confianza en mi cuerpo.

Un parto en casa o en un centro privado cuesta mucho dinero y no todos podemos correr con los gastos. Algunos centros públicos ya ofrecen programas de parto natural.


Como consejo durante el embarazo y el parto, escucha primero a tu cuerpo y hazle caso a tu intuición.


Podéis encontar mucha información sobre parto natural en http://www.elpartoesnuestro.es/

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